02. El Festival del Ratha Yatra

Sri Caitanya adora al Señor Jagannatha

 

Cuando el Gran Maestro Sri Caitanya estableció que los devotos cantaran en frente a la carroza del Señor Jagannatha, Sri Svarupa Damodara compuso algunos versos para describir los sentimientos de Sri Caitanya en esa ocasión. Esas bellas palabras se encuentran en el Sri Caitanya Caritamrta. El artículo que estamos presentando fue extraído de la revista ‘The Harmonist’, publicada por Bhaktisiddhanta Saraswati Thakura, y describe el significado interno de los versos compuestos por Svarupa Damodara.

 

Sri Caitanya quiere que el Señor aparezca en Su corazón

 

El Señor Caitanya se complace al ver Sri Jagannatha Deva moviéndose en Su carroza, desde Nilachala hacia Gundica. A Sri Caitanya no le gustan las ropas, el país y la ocupación del Señor de Nilachala. La adoración de Sri Jagannatha Deva en Nilachala no complace al Gran Maestro. En Nilachala el Señor está rodeado de pompa y poder. Él está siendo servido por reyes y guerreros de la manera que es apropiada para tales ambientes; pero Su corazón extraña el servicio amoroso.

Sri Caitanya quiere que el Señor aparezca en Su corazón y que acepte la adoración de Su corazón, la cual ha sido obstruida por la majestuosidad del Señor del Universo. Sri Caitanya quiere adorar al Señor como las doncellas de Vraja lo hacen – en perfecta confianza en los relacionamientos ordinarios de la vida. Eso es lo más natural para el corazón.

 

Él realmente puede ser amado con todo corazón

 

Pero el Señor es Su propio Maestro. Él también es el Señor del Universo. Él realmente puede ser amado con todo corazón. Él es tan perfectamente amable que no es posible no amarlo. Pero tampoco es posible tenerlo siempre suficientemente cerca para servirlo en los íntimos relacionamientos de la vida domestica. Sin embargo, el corazón no se complace por rendir reverencias desde lejos al Rey de los Reyes, a quien solo se le puede acercar con formalidades de reverencia. El Rey no tiene iguales o superiores. Solo tiene sujetos. Y por alguna razón no se puede tener intimidad entre el Rey y sus sujetos. Esa atmósfera no es apropiada para el ejercicio de las relaciones personales. El oficio es el objeto de toda reverencia ostentada por la persona que lo mantiene. La persona en el oficio no puede tener predilecciones. Él también debe sujetarse a ser servido por uniformes formalidades oficiales.

 

El poder del Señor

 

En Nilachala Sri Jagannatha está cercado por las barreras de la elaborada y formal adoración diaria. A Él no se permite ser servido de acuerdo a las particulares aptitudes de una persona. Todo viene de la obediencia. Las personas de ese mundo ni siquiera harían servicio si no fuera por la fuerza. Las personas de este mundo son inclinadas a servir al Señor porque esperan recompensas o por temer puniciones. Tales personas están contentas con eso. Son sujetos contentos que viven en perfecta felicidad y paz bajo el más benigno gobierno. Ellos se sienten seguros en el disfrute de toda felicidad bajo la protección y cuidado del Señor. Ellos tienen motivos para estar extremadamente agradecidos con Él, y por eso lo adoran con sinceridad, lealtad y obediencia. El poder del Señor es tan grande e irresistible que hasta el más malvado de los seres percibe que es conveniente no transgredir Sus leyes.

 

Él desea recibir al Señor en Su casa

 

Pero esos sujetos tienen otros relacionamientos más queridos para ellos. Ellos sirven al rey, pero solo para que puedan disfrutar de otros relacionamientos. El rey es adorado como protector de esos intereses. El rey mismo no es el interés. Ninguno de sus sujetos quiere que el rey sea un miembro de su familia. Él ni siquiera es suficientemente conocido por ellos para inspirar ese deseo de ser incluido en el circulo domestico. Por el contrario, el rey no se sentiría confortable en el hogar de un sujeto que no puede suplir sus necesidades reales, con sus recursos limitados. Por lo tanto, un sujeto leal no se sentiría feliz de reducir al rey a su condición menos digna. De esa manera, esa condición no permite ninguna otra relación saludable, que no la distante y reverencial lealtad. Tampoco el sujeto perfectamente leal desea otro tipo de relacionamiento.

 

Sri Caitanya está listo para rendir homenaje al Rey, pero no está satisfecho con eso. Él desea recibir al Señor en Su casa, para servirlo en un relacionamiento doméstico no obstruido por las etiquetas de la corte o del harem. Le parece difícil a Sri Caitanya servir con verdadera intimidad, mientras el Señor está constantemente cercado por reyes, guerreros, reinas, sirvientes y toda la pompa de las circunstancias reales. No hay duda de que todo eso le es debido y que toda esa gente es muy afortunada por tener la oportunidad de servir a ese Rey. Tampoco los ciudadanos de Vraja contestan esa condición real de su amado, quien tuvo que ignorar Su relacionamiento con ellos para ese propósito.

 

Ellos desean tenerlo en Vraja para saborear la intimidad sin reservas

 

Sin embargo, los ciudadanos de Vraja no lo pueden olvidar. Tampoco pueden dejar Vraja y migrar para Su reino y vivir allí como Sus sujetos. Ellos desean tenerlo en Vraja para saborear la intimidad sin reservas de la felicidad rural. Ellos lo quieren amar como una persona privada en la forma de relacionamientos íntimos y no meramente servir a Su majestad. Ellos no se complacen con nada menos que eso, puesto que Él es la verdadera vida de sus vidas.

Por eso, Sri Caitanya se complace plenamente al ver que el Señor se mueve hacia Gundica, la cual es el corazón de los devotos.

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